martes, 24 de noviembre de 2009

Futbolistas españoles de leyenda. Samitier.


Josep Samitier i Vilalta (Barcelona 1902-1972)

De todos los jugadores que alguna vez han vestido la camiseta azulgrana a lo largo de sus 110 años de historia, Samitier ha sido, sin duda, el más carismático de todos; aparte de ser el mejor jugador culé de la primera mitad del siglo XX.
A Samitier lo fichó el Barcelona procedente del Internacional de Sants con sólo 17 años y su fichaje se pagó en especies. A saber; un traje con chaleco y un reloj con esfera luminosa del que alardeaba cuando salía por las noches.
Debutó con el Barça en 1919 y pronto comenzó a destacar en un equipo donde también jugaba Ricardo Zamora.Ya al año siguiente participó en la Olimpiada de 1920, nexo común a todos estos grandes jugadores de principios del siglo pasado.
Conocido por el sobrenombre de "L'home llagosta" por su flexibilidad y su salto; no andaba exento de técnica y poseía una capacidad goleadora fuera de lo común a pesar de jugar como volante en sus primeros años en el club (más tarde se reconvertiría en delantero).
Los trece años que el Mago -como también se le conocía- permaneció en el Barcelona anduvieron parejos al transcurrir de la primera edad de Oro del Barça, hasta tal punto que el primer estadio, el campo de la calle Industria, se quedó pequeño, y en 1922 se inauguró el estadio de Les Corts. El inicio de la Guerra Civil cercenó de un tajo aquella época dorada, donde se ganaron diez campeonatos de Cataluña, cinco Copas y la primera Liga que se disputó en España (1928-29). En estos trece años Samitier marcaría 326 goles en 454 partidos, cifra tan sólo superada por su compañero Paulino Alcántara, conocido como "el Romperredes".
Samitier se encontraba ya en el declive de su carrera cuando Santiago Bernabéu lo fichaba para su Madrid en 1932. A sus treinta y cuatro años, el Mago jugaría dos temporadas en el eterno rival donde se encontró a su amigo Ricardo Zamora. Amigos inseparables, parece que el destino los unía.
A pesar de la "traición" de firmar por el Madrid, a Samitier nunca jamás la afición le echó en cara su fichaje. ¡Qué diferente a otros casos de traiciones sonadas! ¿verdad Figo?.
Tras su periplo por Chamartín, Samitier regresó al Barcelona en 1936, donde recibió un homenaje en Les Corts. Ese mismo año, un mes escaso antes de la Guerra Civil, el Barcelona llegó a la final de Copa y la perdería contra el Madrid, en un partido que fue el último de Zamora y donde el Divino, literalmente, se salió.
Samitier marchó exiliado a Francia donde jugó en el Niza y se trajo de Argentina a su íntimo Zamora. Al término de la guerra, Samitier regresó a Barcelona; donde permaneció durante algún tiempo apartado de cualquier actividad por temor a represalias y, en 1944 se hizo cargo del banquillo azulgrana, al que recompuso tras haber sido deshecho por la guerra. Ganó esa edición de Liga e introdujo ciertos cambios en la rutina de entrenamientos que podrían considerarse como precursores de los actuales: control alimenticio y de bebidas alcohólicas, rigor en los entrenamientos, preparación física y algo de psicología deportiva. En 1947 dejó el banquillo para dedicarse a la secretaría técnica y, entre otros grandes, trajo al Barcelona a César, Ramallets y Kubala, integrantes de aquel "Barça de les cinc Copes", y cuya delantera quedó inmortalizada en una canción de Serrat "Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón".
En el capítulo personal Samitier fue un auténtico jugador mediático de la época. Asiduo de la noche, hizo sus pinitos como actor en la película "Once pares de botas" y fue amigo personal de Carlos Gardel; hasta el punto que éste le dedicó un tango. Su muerte en 1972 se convirtió en una multitudinaria manifestación de duelo en la que toda la masa social culé se echó a la calle para despedirlo. Se iba el Mago Samitier,uno de los tres mejores jugadores del Barça en toda su historia.

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