sábado, 28 de noviembre de 2009

Futbolistas españoles de leyenda. Arza.


Juan Arza Íñigo (Estella 1923-Sevilla 2011).

Uno de los equipos que menos acusó la Guerra Civil fue el Sevilla. En 1939 volvieron a jugarse Liga y Copa tras el obligado parón. No quedaban lejanos los ecos de la Copa de 1935 ganada brillantemente al Sabadell; aquella de los Eizaguirre, Torróntegui y Campanal I, cuando en 1939 se proclamó Campeón de la primera Copa del franquismo, una de las ediciones más tramposas, si no la que más, donde en la final vapuleó 6-2 al ¡¡¡Racing de Ferrol!!!. Si se es un poco perspicaz se adivinará por qué califico a esta edición copera de tramposa. No se entiende desde un punto de vista lógico como un equipo como el Ferrol pudo llegar tan lejos en una competición si no es porque Franco era ferrolano.
En aquel año mágico del sevillismo no sólo se ganó la Copa, sino que en Liga acabaron segundos y a un sólo punto del ganador, el Atlético Aviación. Buena "culpa" de tales éxitos la tuvo su delantera. López, Pepillo, Campanal I, Raimundo y Berrocal fueron conocidos como la delantera "stuka", nombre muy poco apropiado en honor de los Stukas; cazabombarderos nazis que resultaron de gran ayuda para que el bando fascista ganara la Guerra Civil. Esta famosa y temida delantera fue responsable de goleadas escandalosas como el 11-1 al Barcelona o el 10-3 al Valencia, ambas en la temporada 40-41, temporada en la que el Sevilla acabó quinto, a siete puntos del Atlético Aviación, pero con setenta goles a favor en veintidós partidos.
Los Stukas jugaron juntos por última vez en la temporada 42-43, siendo subcampeones por detrás del Athletic. Al progresivo desmantelamiento de la famosa delantera le siguió un lógico declive que desembocó en un muy mediocre décimo puesto en la temporada 44-45. Un año antes, el Sevilla había puesto los ojos en un joven navarro que jugaba en el Málaga y que respondía al nombre de Juanito Arza.
El joven Arza se inició en el fútbol destacando en el equipo de su pueblo, el Izarra. Un comerciante con contactos en Barcelona se queda asombrado con él y le propone viajar hasta la Ciudad Condal para realizar unas pruebas con el Español, pero Juanito se siente muy solo en Barcelona y vuelve a Estella, para acabar poco después enrolándose en el Alavés. En el conjunto vitoriano realiza una gran temporada, hecho que no pasa desapercibido para equipos como el Real Madrid y el Athletic, que se fijan en las cualidades del chaval y lo quieren fichar. Finalmente se decide por el Athletic, que le ofrece cinco mil pesetas como adelanto pero; a última hora, el Málaga le ofrece veintisiete mil pesetas por dos años y recala en el club costasoleño, que intentaba el asalto a la primera división. El conjunto blanquiazul no sólo no logra subir, sino que acabaría bajando a tercera. Numerosos clubes de primera división se pelean por hacerse los servicios de Arza, pero es finalmente el Sevilla quien se haría con el navarro por 280.000 pesetas, dos partidos amistosos con la recaudación íntegra para el Málaga y la posibilidad de cesión de jugadores. Su gran calidad y lo costoso del fichaje hizo que en Nervión se le conociera como "el niño de oro". En 1943, con veinte años recién cumplidos, Arza es fichado con la intención de hacer olvidar a los míticos Stukas.
En su debut con el Sevilla, Arza le hece tres goles al Sabadell, y en la jornada siguiente, dos al Madrid en Chamartín. Aquella temporada el Sevilla acabaría tercero y Arza comenzaba a ser idolatrado por la hinchada sevillista.
Pero es en la temporada 45-46 cuando el Sevilla consigue uno de sus mayores éxitos, sólo superado por las recientes conquistas de la UEFA de 2006 y 2007, al lograr el campeonato de Liga. El gol de Araújo en Les Corts le dio al Sevilla el punto que necesitaba para ganar su, hasta ahora, único campeonato liguero. Juanito Arza disputa todos los partidos de esa temporada y marca catorce goles, siendo pieza fundamental en la consecución del campeonato. En la temporada siguiente a Arza le llueven las ofertas. Madrid, Barcelona, San Lorenzo de Almagro y River Plate pugnan por hacerse con sus servicios. Los gallinas llegan a ofrecerle 800.000 pesetas, pero El niño de oro prefiere quedarse en Nervión; donde en 1948 marca uno de los goles en la final de Copa que el Sevilla gana 4-1 al Celta. Esta época dorada del Sevilla de Juan Arza se cierra con el subcampeonato de la Liga 56-57 y su posterior participación en la Copa de Europa, donde los palanganas llegaron a los cuartos de final. Anteriormente, el Sevilla sería subcampeón de nuevo en la 50-51 y subcampeón de Copa en 1955, final ésta en la que fue derrotado por el Athletic por 1-0. Durante dieciseis temporadas, Juanito Arza defendió la camiseta sevillista, marcando 182 goles, cifra ésta aún no superada por ningún otro jugador. Fue dos veces internacional con la selección española y ganó un trofeo Pichichi en la temporada 54-55 al marcar 28 goles.
Ambidiestro, físicamente portentoso y con un regate letal por ambos perfiles, no son de extrañar sus registros goleadores a pesar de no ser delantero; porque Arza era interior, pero con una proyección ofensiva y una llegada tremendas; hasta el punto que dos de sus entrenadores, el irlandés Patrick O'Connell -también técnico del Betis que ganó la Liga- y "el Mago" Helenio Herrera le dejaban jugar por donde quisiera, al estilo de algunos dieces brasileños (Pelé, Rivaldo, Djalminha o Ronaldinho por citar algunos).
En 1959 se retira en el Almería y vuelve a Sevilla para dedicarse a su familia y a sus negocios -regentaba una tienda de deportes "Deportes Arza" junto a su hermano-, pero lo compagina con habituales y recurrentes llamadas del club sevillista para hacerse cargo del banquillo en situaciones comprometidas. Hasta cuatro veces hubo de sentarse en el banquillo para salvar al Sevilla del descenso, consiguiéndolo tres veces y ascendiendo al equipo en la temporada 68-69. Harto de ser el salvavidas del Sevilla y de la ingratitud de sus dirigentes, Arza acepta una oferta del Celta. En el club olívico permanece hasta la temporada 72-73, llevándolo incluso a disputar la Copa de la UEFA en la temporada 70-71, tras quedar en una meritoria sexta plaza en la competición doméstica. Tras volver una vez más al Sevilla y, una vez más, decepcionado con su directiva, inicia un periplo que lo lleva a ocupar los banquillos del Cádiz y Deportivo, pero sus negocios hacen que ya regrese a Sevilla de manera definitiva.
Convertido en un sevillano más, a sus ochenta y seis años Juan Arza todavía seguía ejercitando su cuerpo y era habitual verle corriendo y estirando en las instalaciones del club de sus amores. En Junio de este mismo año, el presidente sevillista José María del Nido, le hizo entrega del primer "dorsal de leyenda" del Sevilla; merecidísimo homenaje al que ha sido el mejor jugador sevillista de todos los tiempos.
Un 17 de Julio de 2011, el gran Juanito Arza moría en Sevilla a los 88 años a causa de un cáncer. El mejor jugador de la historia del Sevilla lo seguirá siendo por tiempo indefinido a mi parecer, por mor de este asqueroso fútbol moderno donde el amor a una camiseta, en el 90 por ciento de los casos, no tiene nada que hacer ante la dictadura del dinero, la falta de escrúpulos de los representantes y la escasísima formación e inteligencia de buena parte de los futbolistas.

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