jueves, 26 de noviembre de 2009

Futbolistas españoles de leyenda. Gaínza.


Agustín Gaínza Bikandi (Basauri 1922-1995).

Cualquier aficionado mayor de treinta años medianamente entendido sabe recitar de memoria la delantera más famosa del fútbol español. Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza llevaron al Athletic de los años cincuenta a escribir las más brillantes páginas de su larga historia. Tal fue el impacto de este equipo que muchísimos chavales de la época, que ahora rondan los sesenta y setenta años se hicieron hinchas del Athletic; identificados sobre todo por la filosofía del club vasco, en contraposición a los otros equipos poderosos de la liga, que ya comenzaban a jugar con extranjeros -Di Stéfano en el Madrid o Kubala en el Barça-. De esta delantera mágica sobresalieron dos nombres. Telmo Zarra, que estará presente en un próximo capítulo, y nuestro protagonista, Piru Gaínza.
Se cuenta que el Gaínza más joven era un niño bastante apático y con poco apego al fútbol. Solía jugar de portero para no tener que correr y parece que no lo hacía mal del todo, pero por ser zurdo lo trasladaron desde la portería a jugar en la banda izquierda y así comenzó a gestarse la carrera del mejor extremo izquierdo del fútbol español en toda su historia.
Comenzó a destacar en el Basconia de tal manera que, con apenas diecisiete años, el Athletic lo fichó; debutando en Mendizorroza contra el Alavés e ir alternado con el filial y el primer equipo hasta su definitiva consolidacion en el mismo, en la temporada 41-42.
El joven Gaínza pronto se convirtió en indiscutible amo de la banda izquierda de San Mamés, cogiendo el relevo de "Bala Roja" Gorostiza, ya en el ocaso de su carrera; sin embargo, Gaínza era otro tipo de extremo. Gaínza no jugaba pegado a la cal como Gorostiza, sino que era más técnico. Aunaba velocidad, un dribbling prodigioso y una precisión sin igual en el centro; en cambio, Gorostiza era más veloz, bastante más goleador y físicamente más potente.
Aunque fue Panizo el primero en llegar de los "cinco magníficos", Gaínza era el capitán y el alma del equipo. Un equipo irrepetible que conquistó dos ligas -42/43 y 55/56- y siete copas, siendo el jugador que más copas ha conseguido. De todas estas copas, una de ellas, la ultima,de 1958, tiene una significación especial. En la final conocida como la de "los once aldeanos", el Athletic le ganó al Madrid de Di Stéfano en Chamartín en un partido memorable y heroico a todos los efectos. La Federación se negó a la petición del Athletic para que el partido se jugara en campo neutral y hasta Madrid llegaron miles de seguidores bilbainos para apoyar a su equipo. El Athletic ganó 2-0 con goles de Arieta I y Mauri. Di Stéfano fue literalmente secado por Etura y, como el propio crack argentino reconoció, el Athletic fue un justísimo ganador. Gaínza, como capitán, fue el encargado de recoger una vez más la Copa de manos de Franco, al que le espetó una auténtica bilbainada cuando le daba la mano. "Hasta el año que viene", le soltó Piru al dictador. Un equipo de once vascos, "once aldeanos" se había atrevido a ganarle al campeón de Europa, en su estadio y superando todas las adversidades posibles.
Con la selección española, Gaínza disputó 33 partidos marcando diez goles. De estos partidos destacan dos. Un amistoso contra Irlanda de donde le vendría el apodo de "El gamo de Dublín" y sobre todo, el partido frente a Inglaterra del Mundial de Brasil de 1950. En uno de los partidos más célebres de la selección española, Gaínza sirvió de cabeza el pase a Zarra para que éste marcara el gol que dejaba fuera a la "pérfida Albión" y clasificaba a España para disputar la fase final, que perdería ante Brasil. Tanto Zarra como Gaínza fueron elegidos en el once ideal de aquel mundial.
Pero quizás la hazaña más destacada de Piru Gaínza se produjo en 1947. Aquella temporada el Athletic vapuleaba 12-1 al Celta y nuestro protagonista marcó nada menos que ocho goles.
Justo una temporada después de la famosa final de los once aldeanos, Gaínza decidía colgar las botas, siendo el último en retirarse de aquella mítica delantera y actuando como puente de otra magnífica generación del Athletic, compuesta entre otros por Carmelo, Garay, Mauri, Maguregui, Arieta o Uribe. Veinte años vistiendo la zamarra rojiblanca y dando ejemplo de amor hacia unos colores.
Pocos años después de retirarse, Gaínza entrenó al Athletic desde 1965 a 1969, llegando dos veces a disputar la final de Copa y perdiendo ambas, pero con el honor de haber eliminado al Liverpool en la UEFA de 1968 Entrenador que gustaba del fútbol directo y de fuerza, procuró siempre inculcar a sus jugadores la misma humildad y campechanía que él llevaba a gala, haciendo todo lo posible para que tuvieran los pies en el suelo. Bajo su mando salieron jugadores como Iríbar, Txetxu Rojo o Javi Clemente.
De éste último fue su principal valedor cuando subió del filial a dirigir al primer equipo cuando apenas contaba treinta años. El Rubio de Barakaldo siempre agradeció los sabios consejos de Gaínza y su increíble capacidad como ojeador y se vanagloriaba de tenerlo como amigo. En un discreto segundo plano, fue en parte responsable de los éxitos cosechados por el Athletic en los años ochenta -Liga 82-83, 83-84 y Copa del 84- y artífice de la subida al primer equipo de jugadores como Goikoetxea, Liceranzu, Urtubi, Endika o Sarabia; y de la posterior generación de los Alkorta, Mendiguren, Urrutia, Garitano o Larrazábal.
El día de Reyes de 1995, Gaínza moría de un infarto en su casa de Basauri. Más de tres mil personas acudieron al funeral y muchas se quedaron sin poder entrar a la iglesia. En su pueblo, una de las principales calles lleva su nombre, la Piru Gaínza Kalea.

1 comentario:

  1. En el 12-1 al Celta, Piru no marcó 7 goles sino 8. Corrígelo. Un saludo

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